nunca hay puerta cerrada


Cuando una de las puertas de la felicidad se cierra otra se abre, pero a veces nos quedamos mirando solo la puerta que esta cerrada, que aparentemente no nos deja lograr nuestro objetivo.


Una niña llamada Carla desde pequeña sufrió una enfermedad muy grave y la dejo coja, un día soleado y muy bonito le dice a sus padres: - Papa, mama quiero ser patinadora- Los padres sonriendo le dijeron muy buena tu decisión hija Te felicitamos, ahora mismo vamos a buscar una academia donde puedan enseñarte. La hija se quedo mirando el rostro de sus padres y salio corriendo llorando a su cuarto... Su madre ya se imaginaba porque lloraba y fue toco la puerta de su cuarto mientras el padre llamaba a una escuela y dulcemente le dijo: - Hijita ¿ Que te pasa?-, la niña lanzándose en sus brazos con sus pequeñas muletas le dijo:- Es que no puedo patinar -... Soy coja. La mama mirándola le dijo:- Cuando te propones algo y de verdad lo quieres, no hay limites que puedan impedirlo- , la niña se quedo pensando y mirando el rostro de su madre se sintió apoyada y dijo: mami es verdad no hay barreras que puedan impedir que yo logre mi sueño!!! la mama se rió junto con ella y dijo: estas dispuesta a luchar??? y ella le respondió con seguridad: Si estoy dispuesta y nadie me lo va a impedir...


Unos cuantos años después, se hizo famosa por todo el mundo y la gente se quedo asombrada de como ella coja pudo lograr el sueño de ser patinadora. Sus padres muy orgullosos de ella la felicitaron y le hicieron recordar que no hay puerta que se cierre si tu no dejas que lo haga.


A veces nosotros nos sentimos así como la niña, pero es por causa de que solo vemos las puertas que están cerradas y no somos capaces de con valor y esfuerzo conseguir la llave de cada una de las puertas de nuestros sueños.


" Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" Filipenses 4:13

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